jueves, 6 de agosto de 2009

Es Dolores del Río un símbolo en la historia del cine

El 3 de agosto de 1904 nace en la provincia de López Negrete, Durango, la actriz y estrella de cine María de los Dolores Asúnsolo y López Negrete del Río, conocida posteriormente como Dolores del Río y que es considerada como la primera actriz latina que alcanzó la categoría de diva en el cine de Hollywood..

Dolores del Río fue la figura estelar por antonomasia, la protagonista arquetípica de toda la producción cinematográfica mexicana, en la que no sólo renovó los laureles que había previamente conquistado en Hollywood, la mítica Meca del cine, sino que los aumentó, alcanzando cimas de dramatismo y profundidades de expresión todavía inéditas e insospechadas.

Su desahogada situación familiar (su padre, director del Banco de Durango, se vio obligado a abandonar México e instalarse en Estados Unidos durante la Revolución) le permitió recibir una esmerada educación en diversos países europeos, y eso contribuyó no poco a la obtención y florecimiento de aquella proverbial prestancia, aquella delicadeza y elegancia de las que haría gala a lo largo de su dilatada carrera.

Había nacido en Durango, en el estado homónimo, verosímilmente en 1906, aunque algunos autores, tal vez menos caballerosos, le atribuyen un año más de vida y fijan su nacimiento en 1905.

En 1921, a la edad de quince años, se casó con el escritor Jaime Martínez del Río, un rico hacendado, licenciado en leyes y dieciocho años mayor que ella, cuyo apellido adoptaría, más tarde, como nombre artístico.

Acostumbrada desde muy joven a frecuentar ambientes intelectuales, figura habitual en los acontecimientos y tertulias culturales, su belleza llamó la atención del director estadounidense Edwin Carewe, que había realizado una visita de cortesía a la familia Del Río acompañado por Adolfo Best Maugard, pintor de cierto renombre e íntimo amigo de Dolores.

Carewe, impresionado por la personalidad de la joven, la invitó a interpretar un pequeño papel en la película que estaba dirigiendo, por aquellas fechas, en Hollywood.

Pese a que la iniciativa carecía por completo de un planteamiento serio, pues la muchacha se lanzó a la aventura por simple curiosidad, casi como un capricho sin futuro alguno, a partir de aquella primera película comenzó a recibir ofertas de trabajo e, incluso, apremiantes solicitudes de intervención en numerosos proyectos.

Aquel éxito inicial tuvo, sin embargo, unas consecuencias no siempre beneficiosas para su futura carrera.

En efecto, sus peculiares rasgos físicos condicionaron desde aquella primera película los papeles que se le ofrecieron en Hollywood, interpretando siempre, personajes muy concretos, excesivamente marcados por sus orígenes étnicos y el exotismo de su belleza; fue, en Estados Unidos la "mujer latina" por excelencia, un arquetipo de pasión y fuego alimentado por la fantasía anglosajona.

Su fulgurante éxito la alentó a instalarse en Estados Unidos, y permaneció allí durante el período comprendido entre 1925 y 1942; durante aquellos años de trabajo casi ininterrumpido interpretó veintiocho películas y se convirtió en una de las figuras señeras de la época dorada de Hollywood y, por ende, en una personalidad halagada internacionalmente y perseguida por las revistas especializadas.

Aquel éxito, como se ha insinuado, no tuvo siempre efectos benéficos para la carrera profesional de Dolores del Río, que se vio, a veces, obligada a interpretar papeles de muy diversa entidad y de discutible enjundia dramática; fue sólo, en algunas ocasiones, la figura decorativa que se necesitaba para dar un toque de "color local" en ciertas producciones de finales de los años veinte.

Con la llegada del sonoro, Dolores del Río se acomodó perfectamente a los cambios producidos en la industria del cine, algo que no pudieron conseguir todos los astros que habían destacado en el cine mudo; en cambio, la década de los años treinta constituyó, tal vez, la época más brillante en la carrera de la actriz.

De las películas que interpretó en la era del cine mudo destacan sus sugerentes intervenciones en Joana (1925), What Price Glory? (El precio de la gloria, 1926) del mítico Raoul Walsh, Resurrection (Resurrección, 1927) y Ramona (1928).

De su etapa correspondiente a los primeros años del cine sonoro, en la que alcanzó gran popularidad, cabe mencionar The Bad One (El malo, 1930).

King Vidor la dirigió en Ave del paraíso (Bird of Paradise, 1932), una producción del siempre polémico David O. Selznick para la RKO.

La película provocó un alud de clamorosas (y gazmoñas) quejas por los atrevidos planos de la pareja protagonista, en los que, aparentemente al parecer, podían adivinarse las figuras desnudas de Dolores del Río y del galán que compartía con ella la pantalla, el famoso Joel McCrea.

Tras esta cinta intervino en Flying Down to Rio (1933, estrenada en español como Volando hacia Río de Janeiro), película en la que destacaron como pareja unos actores de tercera fila por aquel entonces, pero que estaban destinados a alcanzar el estrellato: se llamaban Ginger Rogers y Fred Astaire, y no tardaron en desbancar a quienes figuraban en los primeros lugares del reparto.

Por otra parte, debe reservarse un lugar destacado en su producción cinematográfica a Madame Dubarry (1934), basada en la tormentosa vida de la amante de un Luis XV, sexagenario ya, en la Francia del siglo XVIII.

Ante la escasa repercusión de las películas de la RKO, pasó a la órbita de los estudios Warner, para los cuales trabajó en numerosos musicales supervisados por Busby Berkeley, sin obtener el éxito que en un principio parecía presagiar la magistral dirección del gran coreógrafo del estudio.

Tras realizar una incursión en el cine europeo con Acusada (Accused, 1936) y participar en Estambul (Journey into Fear, 1941), la frustrada tentativa de Orson Welles, decidió regresar a México y abandonar la Meca dorada del cine.

En 1942, ya en su tierra, Dolores del Río trabajó en diversos filmes dirigidos por Roberto Gavaldón, en los que continuó interpretando los personajes que la caracterizaron en la cinematografía internacional.

Son de singular importancia sus actuaciones en películas sobre la vida cotidiana del pueblo mexicano: la mujer primitiva -la mujer-, bella pero temperamental, apasionada, triste y sincera, instintiva, patética y, sobre todo, afligida.

Su arte y su oficio de intérprete le hicieron capaz de identificarse con los más diversos personajes; ese oficio, adquirido sin duda en la mejor y más dura escuela, le permitieron expresarlos.

Sus tablas y su experiencia la hicieron triunfar también en el doble papel de La otra, asesina de sí misma, muy bien realizada por Roberto Gavaldón, admirable de fotografía y presentación, donde sólo la gran sugestión de la estrella y su magistral labor interpretativa hacen olvidar el tema falso y truculento, muy al gusto de las tragedias hollywoodienses de aquella época.

Fecha clave en la carrera de Dolores del Río fue 1943, año en que protagonizó dos filmes de Emilio Fernández, el Indio, que habrían de convertirse en clásicos del cine nacional: Flor silvestre y María Candelaria.

En ellos logró despojarse de la imagen de belleza exótica e imperturbable que le había conferido la industria hollywoodiense, para mostrar un estilo emotivo, temperamental e incluso trágico, que la convirtió en uno de los grandes mitos cinematográficos.

Con los años, sus rasgos se afinan y estilizan; las características raciales se acentúan y el gesto se vuelve más intenso, sin perder en sobriedad, y la pasión se torna más desgarradora, aun cuando parezca más contenida.

Después de su regreso a México, Dolores del Río colaboró en varias producciones estadounidenses, de las que resaltan las dos obras dirigidas por John Ford: The Fugitive (Fugitivos, 1947, rodada como coproducción sobre la novela de Graham Greene El poder y la gloria, y protagonizada por Henry Fonda) y Cheyenne Autumn (El gran combate, 1964).

Recibió el premio Ariel a la mejor actuación femenina en tres ocasiones: en 1946, por Las abandonadas; en 1952, por Doña Perfecta, y, en 1954, por El niño y la niebla.

En 1967, la Organización de Estados Americanos (OEA) le ofreció un homenaje.

Durante las décadas de los años cincuenta y sesenta hizo también teatro y televisión, tanto en México como en Argentina y Estados Unidos.

Entre otras, Dolores del Río apareció en Bugambilia (1944), La selva de fuego (1945), La malquerida (1949), versión fílmica de la famosa obra teatral de Jacinto Benavente, A dónde van nuestros hijos (1956), La Cucaracha (1958), El pecado de una madre (1960), Los amores de Carmen, Ninguna otra mujer, La senda del 98, Venganza, La Virgen del Amazonas, sugerente título que llenó incontables sueños adolescentes con el brillo, prometedor pero ambiguo, de los ojos de Dolores que, en Por unos ojos negros, se convirtieron en una canción que llegó al más alejado rincón de la Tierra y arrulló durante decenios nuestros oídos.

Lamer spy, International Settlement, La sirena del puerto, The Man from Dakota, uno de los mejores "western" de su época norteamericana, Historia de una mala mujer, en la que la actriz da libre curso a su talento interpretativo encarnando uno de los arquetipos femeninos que contribuyeron a forjar su leyenda, y La dama del alba, adaptación de la obra homónima de Alejandro Casona, constituyen un selecto ramillete de éxitos de su abundante filmografía.

En sus últimos años, Dolores del Río participó en la obra de Don Siegel Estrella de fuego (Flamming Star, 1960), una película de la Fox para el lucimiento de Elvis Presley, y en Siempre hay una mujer (C'era una volta, 1966), de Francesco Rossi.

Junto a éstas debe destacarse su continuada participación en diversos montajes teatrales -como Father Hidalgo, El abanico de Lady Windermere, Querido embustero, La reina y los rebeldes y La dama de las camelias, entre otras- y en varios programas y series de televisión.

Dolores del Río había abandonado la exótica imagen de sus primeros trabajos hollywoodienses, pasando por turbulentos y apasionados romances, seguidos de trágicas maternidades, y recreando un continuo melodrama que dejó de ser tal cuando, el 12 de abril de 1983, moría en La Jolla (Los Ángeles), tras sufrir una penosa y larga hepatitis crónica.

  • En los años 30's en Hollywood, fue considerada junto con Joan Crawford el prototipo de la "belleza femenina de los años 30s".
  • Fue la primera actriz Latinoamericana que triunfó en Hollywood.
  • Fue considerada en Hollywood como la versión femenina de Valentino
  • Marlene Dietrich decía que "Dolores es la mujer más bella de Hollywood"
  • El argumento de la película "María Candelaria" fue escrito en varias servilletas de papel y fue obsequio de cumpleaños a la actriz por parte de Emilio Fernández.
  • Se decía que dormía hasta 16 horas.
  • Fundó una Estancia Infantil en México en enero de 1974 y nunca tuvo hijos.

Cine latinoamericano al Metro


Ganadora del premio Alfred Bauer Award y FIPRESCI Prize en el Festival Internacional de Berlín 2008, Mayahuel de Oro a mejor director en el Guadalajara Film Festival, y al Ariel a mejor película y mejor director 2009.

Juan es un chavo de dieciséis años que un día se decide a escapar de casa debido al sufrimiento que impera ahí, pero choca su auto en medio de la huída. Mientras va buscando quién le repare el coche, se cruza con extrañas situaciones y personajes como Don Heber, un mecánico viejo que tiene por mascota a un curioso bóxer. Luego Juan se topa con Lucía, una chica joven que mantiene a su familia trabajando en un localito. Y despúes Juan se topa con David, quien vive muy interesado en las artes marciales y la figura de Bruce Lee.

Si Eimbcke ha pasado por Berlín, Cannes, Cartagena y muchos festivales más con Temporada de patos y Lake Tahoe, por algo será.

Lunes 17 de agosto

La teta asustada (Perú)


Director:
Claudia Llosa
Drama Social / 2009 / Dur. 95 min.

Película ganadora del Oso de oro y el FIPRESCI Prize en el Festival de Berlín 2009

Fausta tiene La teta asustada una enfermedad que se trasmite por la leche materna de las mujeres que fueron violadas o maltratadas durante la guerra del terrorismo en el Perú. La guerra acabó, pero Fausta vive para recordarla porque “la enfermedad del miedo” le ha robado el alma. Ahora la súbita muerte de su madre la obligará a enfrentarse a sus miedos y al secreto que oculta en su interior: ella se ha introducido una patata en la vagina, como escudo, como un protector, y piensa que así nadie se atreverá a tocarla.
La teta asustada cuenta la búsqueda de un florecer.Un viaje del miedo a la libertad.

Lunes 24 de agosto

Los bastardos (México)


Director:
Amat Escalante
Drama / 2008 / Dur. 90 min.

Ganadora en el Mar del Plata Film Festival como mejor Film Iberoamericano 2008, Ganador del Competition Award en el Morelia International Film Festival 2008, Best Film New Visions Competition para Amat Escalante en Sitges - Catalunya International Film Festival 2008. Selección oficial Una cierta mirada Cannes Film Festival 2008.

Dos jóvenes avanzan hacia la cámara en un plano secuencia que se ve interrumpido por el sonido violento de unas guitarras eléctricas y por un rojo puro sobre el cual se imprimen los títulos de crédito. Un arranque potente. Intuimos que nada puede acabar bien cuando vemos a los dos jóvenes inmigrantes armados con una escopeta. Amat Escalante pertenece a esa nueva estirpe del cine mexicano liderada por Carlos Reygadas (aquí como productor) formas exquisitas y un planteamiento radical. Los Bastardos se simplifica radicalmente a dos jovenes, una casa, una puesta en escena incómoda y el peso de la violencia humana como degradación. En dos palabras: obra maestra.

Lunes 31 de agosto

No mires para abajo (Argentina)

Director: Eliseo Subiela
Drama-romance-erótico / 2008 / Dur. 85 min.

Mayahuel a Mejor director en el Guadalajara Film Festival 2008, Ganador en el Montréal World Film Festival al Glauber Rocha Award.

Eloy es un chico de diecinueve años que trabaja junto a sus padres en el negocio que poseen en un cementerio de la ciudad. Cuando la muerte le llega a su progenitor, el adolescente Eloy siente que el tiempo se ha acelerado y lo ha introducido en el difícil y poco amigable mundo adulto.

En ese panorama desalentador, él conocerá a Elvira, una joven andaluza que a través de ciertas prácticas sexuales lo acercará a zonas desconocidas de su espíritu y de su realidad. Película que significa el retorno al cine del mejor cineasta argentino de las últimas décadas.

Lunes 7 de septiembre

B-Happy (Chile)

Director:
Gonzalo Justiniano
Drama social / 2004 / Dur. 90 min.

Ganadora en el Berlin International Film Festival del C.I.C.A.E. y del Award Don Quixote Award Mención Especal, y en el Havana Film Festival el Coral a mejor actriz y el Gran premio del jurado.

Kathy es una adolescente de clase baja que vive junto a su madre y su hermano mayor cerca de Valparaíso. Su padre es un ladrón veterano y fracasado, nadie se sorprende por sus frecuentes desapariciones. Hasta que una serie de eventos.

-incluyendo un choque con la ley- empujan a Kathy de su entorno hacia un mundo que puede ser cruel, pero donde late la posibilidad de una vida diferente.

B-Happy es un drama social sin clichés llorones ni denuncias panfletarias. Su tono es tan austero como el rostro de su protagonista, y el reiterado uso que Gonzalo Justiniano hace del fundido a negro le va dando a la historia un ritmo muy particular. Ampliamente recomendable dentro del espectro fílmico latinoamericano.

Todas las cintas comienzan a las 19:00 horas.

El costo del Boleto es de 10 pesos.